RECHAZO INDESEADO

El rechazo es uno de los actos más dolorosos que dañan de por vida a un ser humano. El mismo genera muchas consecuencias a largo plazo aún más cuando es sufrido desde la infancia.  Se conocen casos como el padre que se va y abandona a su hijo, la madre que prefiere no tomar la responsabilidad y se la otorga a otra persona, la falta de tiempo de alguno de los dos generando una ausencia absoluta, la falta de atención o desamor, entre muchas otras que impiden que más adelante cuando crezcan alcancen su madurez emocional.

Si eso es así, cuando las personas son adultas tienen mayores dificultades de superar situaciones en la que enfrentan un rechazo. Tal vez tú haz sido víctima del rechazo desde que eras niño y ahora que eres un adulto tu pareja decidió alejarse de tí totalmente, o alguien que creías era tu amigo te dio la espalda, un familiar no te apoyó y rechazó tus ideales, tus sueños, tus gustos y tus proyectos, tu jefe te despidió o simplemente no acepta tus aportes ni cree que eres lo suficientemente capaz, etc. Pero existe una realidad que todos debemos aceptar y es que una cosa es lo que otros piensen de nosotros y otra es lo que realmente somos.

Jesús es el mayor ejemplo del rechazo. Su propio pueblo, la gente que le seguía, que lo alabaron en algún momento, que lo escucharon y apoyaron fueron los mismos que lo crucificaron. Y lo mismo nos puede pasar, muchas veces seremos crucificados inclusive por aquellos que confiamos y amamos; pero por más dura que sea la situación debes proteger tu corazón y buscar la manera de alcanzar lo que te hace feliz.  Sin duda Dios nos dará más posibilidades, oportunidades y opciones de logro para poder superar cualquier obstáculo y llegar a ser felices y plenos.

Así que si una persona nos rechaza y no hay vuelta de hoja hay que evitar siempre tomar éso como una atribución personal negativa. Debemos aprender a sacar lo positivo como lo es fijarnos en otro tipo de personas menos orgullosas, mas humildes y sencillas, que al final sepan reconocer y valorar nuestra esencia, nuestras capacidades y nuestros méritos.

Decide hoy verte con los ojos que te ve Dios, eres maravilloso y único, vales la sangre preciosa de su Hijo. Ámate y sé tu propio héroe, capaz de aprender del dolor y transformarlo en una guía que te enfoque en un horizonte y recuperar así la ilusión. Hay muchas cosas lindas que el Señor quiere darte, pero no debes darte por vencido y quedarte estancado en el rechazo indeseado, si no luchar y buscar tu propia felicidad. Dios puede sanarte hoy, entregále ese dolor y descansa en Él, porque mejores cosas vendrán.

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