NUEVA VESTIMENTA

Ana es una mujer que cada cierto tiempo va de compras y cambia su ropa vieja por ropa nueva. A pesar de que es tedioso para ella encontrar la vestimenta adecuada (porque es un poco exigente), tiene la motivación cada cierto tiempo de renovar su closet para lucir bien. Por ésa razón cuando tiene las posibilidades de hacerlo toma el tiempo necesario para buscar y escoger lo que ella desea.

Al igual que Ana, ¿a cuántos de nosotros nos gusta estrenar? En el caso de las mujeres es más común que tengan el deseo de lucir siempre bellas y por eso compran constantemente ropa, zapatos o accesorios. Los hombres probablemente se inclinen más por cambiar el auto o la motocicleta que tienen por una mejor. Y es normal que hayan momentos en nuestra vida en la que  deseemos cambiar lo que tenemos por cosas mejores para disfrutarlo y lucirlo, pero de la misma manera es necesario aplicar cambios en nuestra vida espiritual y emocional para el mejoramiento personal.

En Romanos 13:14 dice: "Más bien, revístanse (quítese la ropa vieja) ustedes del Señor Jesucristo, y no se preocupen por satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa".

El apóstol Pablo nos enseña en el versículo anterior que debemos de quitarnos la ropa vieja y evitar satisfacer los deseos de la carne los cuales son pasajeros. Muchas personas andan más preocupados por lucir mejor externamente (andar las mejores marcas o tener las cosas más caras) que lucir mejor internamente. Apoyan su confianza en las riquezas y no digo que sea malo desear cosas porque Dios es el proveedor de todo y suele darnos lo mejor, pero por lo que debemos de preocuparnos realmente es por cómo lucimos en nuestro interior y tratar de cambiar día con día las malas actitudes, los malos pensamientos y los malos hábitos para poder ser mejores.

Que mayor ejemplo tiene el ser humano que Jesús. Él siempre se preocupó por enseñar a los demás a ser mejores personas y a crear tesoros en el cielo en lugar de llenarse de lujos y cosas materiales. Dejó inclusive a su familia por servirle a Dios y dió el ejemplo de vida para que hoy alcancemos todo lo bueno y seamos quien Dios quiere que seamos. Las cosas materiales vendrán por añadidura pero ha sido evidente y testificado por muchos que nada de lo que hay en éste mundo puede llenar el vacío que tiene el corazón. Sólo el amor de Dios puede llenar y brindar la felicidad que todos deseamos.

Es por eso que debemos de reflexionar en las actitudes por cambiar y procurar siempre alimentar nuestra alma y nuestro corazón y no apoyarnos en las cosas superficiales y pasajeras. Dios quiere darte lo mejor, quiere que tengas una buena relación de pareja, quiere darte un excelente trabajo, una familia maravillosa, una vida plena... Pero dependerá de tu esfuerzo por retroalimentar tus actos, de las ganas que tengas de crecer y de tu disposición por cambiar tu vestidura vieja por la nueva. Ofrezcámos lo mejor de nosotros en cada cosa que emprendemos y compartámoslo con los demás. Estoy segura que si te enfocas en lo realmente importante ni las circunstancias ni lo material evitarán que tus días estén llenos de verdadero gozo y alegría.

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